No recuerdo que se haya dado la ocasión en que salga de una boda diciendo: “Qué bien estuvo la música”. Y no es que haya ido a muchas como para que este post sea considerado algo científico, pero tenía que escribir algo para hablar sobre el asunto musical bodero que siempre me resulta horrible básicamente por dos razones:

UNO
Vas a una boda y te das cuenta de que, musicalmente, el tiempo no ha pasado. Entiendo la necesidad de escuchar cumbia, salsa, bachata, merengue y demás, pero lo que no entiendo es porque tiene que ser la cumbia, salsa, bachata, merengue y demás que escuchaban mis padres. No, no entiendo la necesidad de ir a re-vivir una fórmula, a bailar las mismas canciones, a ir a la misma fiesta boda tras boda.
DOS
Mi segunda razón, se deriva de la primera… o a lo mejor es como un círculo vicioso. Como para la audiencia basta con escuchar los gretest hits de hace 30 años, los djs boderos no se molestan en mezclar nada. No hay arte, solo hay un playlist con cortes cada 2 minutos. El que pone la música se dedica a tener la función de una rockola.

Así que puedes imaginarme en cualquier boda, sentado hasta el fondo (resulta que nunca soy del círculo de amistades selectas de los novios en cuestión), cruzado de brazos, refunfuñando sobre todo lo que escucho, mientras veo a toda una muchedumbre bailando, encantados de la vida, como si estar en una boda de 1985 fuera lo más normal del mundo.

Y eso que no hemos hablado de la selección musical del “primer baile”. Pero para no quejarme de eso mejor te dejo una lista de sugerencias con las que le puedes escapar a lugares comunes como Il Divo para ese momento especial:

PRIMER BAILE – tinybarsofsoap

Palabras

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